Conocí a Lucho a mediados del año 2009, en la sala de tenis de mesa del Lawn Tennis. Durante los entrenamientos del desaparecido Lima Club, Lucho venía por invitación de Javier González a dirigir algunas sesiones cuando estaba de paso por Lima.

Si bien nuestros entrenadores lo describían como un gran conocedor del tenis de mesa, graduado en la Universidad de Leipzig, Alemania; Lucho era una persona bastante sencilla en el trato con los atletas. Muchos que tuvimos la suerte de nutrirnos un poco de sus conocimientos recordamos algunas de sus típicas frases. “Palanca de fuerza, velocidad, fuerza explosiva, saque lanzado”, etc.

Siempre con una enorme sonrisa en el rostro, Lucho se ganó rápidamente el cariño de sus atletas. Recuerdo una de las tantas veces que fuimos al chifa después de entrenar, que me contó cuando vio jugar a Waldner en Alemania. Se juntó con amigos sudamericanos y organizaron una caminata para asistir a un partido de la Bundesliga. Esa vez, un veterano Waldner fue la figura de la tarde para la victoria del Fulda sobre el favorito Borussia Dusseldorf. La jornada acabó con una inmortal foto con Waldner que Lucho puso como foto de perfil en sus redes.

En el año 2010 ayudó en las gestiones para que Bryan (Blas) pueda mudarse a Alemania a jugar liga y entrenar en un centro de alto rendimiento, lo que abrió las puertas a que varios atletas puedan seguir sus pasos y emigrar. En verano del 2012, Lucho nos entrenaba a mi y a un par de jugadores más en la sala del Lawn Tennis. Todo esto muy temprano, antes de iniciar sus clases con la academia. Nunca me cobró un sol, su amor por el tenis de mesa y sus ganas desinteresadas de ayudar en el deporte que amaba eran su mejor paga.

Una anécdota que recuerdo con claridad fue en el Open Juan 23 del 2014. Me tocaba en semifinales de la categoría Todo Competidor contra un jugador chino y antes del partido me dio un par de “tips”. Si bien el encuentro lo perdí, los únicos momentos donde vi la luz fue cuando seguí sus consejos. Lucho compraba un choripán y una coca cola helada. Para él no había nada mejor que una tarde llena de partidos en el Open.

Llevó sus conocimientos deportivos por gran parte del sur del país, especialmente en Tacna, Moquegua, Arequipa y Cusco. Asimismo, es reconocido internacionalmente en países como Chile y Ecuador por su labor en el tenis de mesa.

Ayer por la tarde la noticia de su fallecimiento nos golpeó a todos, el covid se lo llevó. Sin embargo, lo que el virus no puede arrebatarnos de él es su enorme legado. Lucho se enamoró perdidamente del tenis de mesa y vivió toda su vida de esa manera. En la descripción de su foto junto a Waldner, puso “No soy de sacarme fotos, pero el maestro es el maestro”. Para nosotros, el verdadero maestro fuiste tú.

Nos vemos amigo.

César Luque

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